Consejos en podología pediátrica
Cuando el bebé empieza a tener movilidad propia hay que evitar pequeños vicios posturales para que el desarrollo de sus pies sea correcto. Esperamos que las siguientes líneas les sirvan de orientación.
Precauciones a tomar
- Los pies de un bebe son muy flexibles, por ello, no se deben cubrir con ropas pesadas que restringen el movimiento y pueden retrasar el desarrollo normal.
- No calzar al bebé con zapatos hasta que no comience a caminar y estos no deben apretar los dedos del pie.
- Es conveniente que el niño gatee.
- Evitar posiciones incorrectas de los pies.
- No trate de forzar al niño a caminar, cuando su organismo este preparado el solo empezara a dar los primeros pasos.
El gateo es una fase importante en el desarrollo del niño porque favorece la formación de las articulaciones y el fortalecimiento de la musculatura. Por este motivo, no hay que forzar al niño a que camine antes de tiempo.
El movimiento de autodefensa que utilizan los niños de descalzarse tiene mayor significado que el interpretamos.
No está justificado el uso del denominado calzado pre andante o el calzado para el gateo ya que impide que el niño pueda percibir sensaciones, además de añadir un peso excesivo a los pies. Los niños pequeños, hasta la edad en la que empiezan a gatear, no deben estar calzados con zapatos. Si es preciso, para protegerlos del frío, se pueden usar calcetines “no apretados” o patucos.
Cuando el niño comienza a andar, debe usar zapatos de materiales transpirables y pieles flexibles. El empeine del zapato debe cerrar, preferiblemente con cordones o velcro para evitar que el pie se deslice hacia delante. Al elegir calzado, un buen ajuste es más importante que la marca.
No es recomendable el traspaso de zapatos usados entre hermanos.
Características de un buen calzado infantil:
- Tacón: Su altura debe ser entre 6 y 9 milímetros hasta los 3 años. Debe tener forma recta en su parte delantera, sin prolongaciones o añadidos hacia la puntera del zapato.
- Puntera: Debe ser ancha y alta, que permita el movimiento de los dedos, y reforzada para resguardar a los dedos de golpes ocasionales.
- Contrafuerte: Se llama así a la parte del zapato que cubre el talón por detrás y por los lados. En los niños está indicado que lleve refuerzo y que este refuerzo se prolongue hacia delante, hasta las articulaciones de los dedos con el resto del pie. Su altura no debe llegar hasta los tobillos, para permitir su correcto movimiento.
- Suela: Una suela externa de cuero no proporciona mucho amortiguamiento. Debe ser flexible para doblarse sin dificultad en las articulaciones metatarsianas, y lo bastante gruesa para poder amortiguar las limitaciones del terreno. El material de goma antideslizante es ideal para evitar caídas.
- Plantilla: De piel o badana, sin ningún tipo de almohadillas o bóvedas “correctoras”, que no corrigen el pie plano y sí pueden producir molestias al caminar. Cabe tener en cuenta que muchos fabricantes de calzado colocan elementos anatómicos de serie en el calzado que supuestamente producen una función beneficiosa en el desarrollo del pie infantil. En la mayoría de los casos son inútiles y, a veces, hasta perjudiciales, ya que el efecto que provocan puede estar contraindicado en el tipo de pie que presenta el niño.
Cuando compre zapatos para niños, recuerde estos consejos:
- Debe ir con sus hijos a comprar los zapatos, probárselos en ambos pies y hacerlos andar durante unos minutos por la tienda, para que el niño compruebe si le molesta. La sugerencia es comprar el calzado por la tarde, cuando los pies están más hinchados. Los zapatos se deben probar con los calcetines que vaya a usar normalmente. Evite los calcetines elaborados con tejidos acrílicos.
- Pase la mano por el interior del zapato. Para evitar rozaduras debe estar bien acabado, sin costuras burdas o mal dispuestas. Busque señales de irritación después de llevar el zapato.
- El pie del niño debe medirse cuando está de pie con todo su peso sobre los pies. Una forma sencilla de dar con la talla exacta es meter el dedo por el talón con el niño de pie. Si entra con soltura, es su talla. Tenga en cuenta que el pie debe entrar en el zapato sin necesidad de un calzador. Aunque hay muchos padres que los compran un poco más grandes para que los niños puedan crecer con ellos. Deben medirse los dos pies, y si el número es diferente, deben elegirse zapatos que queden mejor al pie más grande.
- El calzado debe ser lo más ligero posible y lo suficientemente flexible para doblarse al caminar. Si usted no puede flexionar el calzado con las manos, el niño tampoco podrá hacerlo con unos pies inmaduros.
Cada vez es más frecuente que los niños utilicen de forma casi exclusiva calzado deportivo. Uno de los problemas de este tipo de calzado es que no permite una buena transpiración del pie. La sudoración excesiva y la maceración de la piel pueden provocar la aparición de infecciones, como el pie de atleta, verrugas y eccemas por alergias.
Además, el uso continuado de zapatillas de deporte en la adolescencia influye en que el pie sea más ancho y musculado, especialmente en la planta, lo que puede provocar problemas en la edad adulta, sobre todo en la mujer, para la adaptación al uso de zapatos no deportivos.